¡OLVÍDENSE DE LA DIETA! LES DIRÉ COMO QUEMAR DE 3 A 5 KGS DE GRASA EN UNA SEMANA SIN NINGÚN ESFUERZO. EXPERIENCIA PERSONAL DE UNA EX GORDITA
Estoy contando esta historia por primera vez. Solo recientemente
logré recuperarme por completo de los eventos que tuvieron lugar hace 8 años. Lo
digo porque creo que mi experiencia personal ayudará a un gran número de mujeres
a
deshacerse de un problema tan grave como el sobrepeso, volver a amar su cuerpo y
recuperar la autoestima.
Cuando tenía 18 años, me mudé a una ciudad cercana y me matriculé en
la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Como una niña joven y
soñadora, tenía confianza en mí misma y en mi éxito. Soñaba con muchos amigos,
relaciones y amor, fiestas y nuevos pasatiempos.
La realidad resultó ser más dura de lo que esperaba.
El estudio me tomaba mucho tiempo y esfuerzo (yo estudié para ser
psicóloga). A veces dormía solo 2-3 horas antes del comienzo de las clases.
Naturalmente, en tal estado letárgico, no tenía ganas de ir a fiestas. Encontrar
amigos mientras estando en mi cuarto del dormitorio también resultó ser una tarea
imposible.
Estaba pasando por muchas cosas y fue entonces cuando la
sobrealimentación compulsiva entró en mi vida. La sobrealimentación psicógena (o
compulsiva) no es anorexia o bulimia, sino la consumición desenfrenada de alimentos
en cualquier cantidad.
Comía mucho y frecuentemente sin tener hambre.
Comía del cansancio, de la soledad, del hecho de que no había otros
entretenimientos. Simplemente comía constantemente, sin contar las calorías y sin
pensar en lo que podría resultar para mí.
Está claro que pronto me empezó a disgustar mi cuerpo regordete. Y
la falta de amigos y apoyo era aún más opresiva. Pero en lugar de ir a encontrarme
con alguien, por costumbre, yo abría la puerta del refrigerador. Al principio, un
par de dulces podrían mejorar mi estado de ánimo y alejar los pensamientos tristes.
Pero con el tiempo, necesité una tarta entera para obtener satisfacción. Solo
piensen: ¡me comía una tarta enorme de una sola vez! Creo que es difícil para una
persona sin problemas con el comportamiento alimentario incluso imaginar, ¡y mucho
menos hacer! Y después de comer de nuevo, me iba a la cama. Junto con el aumento de
peso, sentía cada vez más lástima por mí misma, pero no cambiaba nada. ¡Tenía una
especie de hambre animal! Comía, lloraba de impotencia y volvía a comer. Y así en
círculo. En relación con mí misma, mi cuerpo y mi salud, ¡era un verdadero crimen!
Pero seguía haciéndolo día tras día.
Los métodos estándar para perder peso no fueron efectivos para mí.
Asistí a seminarios en uno de los centros para pacientes con
trastornos alimentarios y, la verdad es que me decepcionó. Puede haber ayudado a
algunos, pero no a mí. También fui a nutricionistas, todo en vano. Una vez incluso
quise inscribirme en la organización "Glotones anónimos", pero no me atreví. También
planeé hacer una reducción de estómago quirúrgicamente, pero fui disuadido por la
persona que sufrió esta operación. Reducir el estómago no es deshacerse de la causa.
Pero había que hacer algo, y con urgencia: ¡parecía un barril gordo
y feo! Presa del pánico, decidí ponerme a dieta. Esta idea me tuvo éxito variable:
perdía peso y volvía a engordar, perdía peso y engordaba. Creo que esta situación es
familiar para muchos. Comencé a hacer ejercicio, reduje drásticamente el contenido
calórico de la dieta, pero todo esto introdujo en mi cuerpo aún más estrés y el
efecto fue inestable.
Parecía estar atrapada en un círculo vicioso y no veía salida.
Escuché muchos consejos: “enójate contigo misma”, “odia tu grasa”,
“disciplínate y baja de peso”, pero todos solo alimentaron mi culpa y vergüenza por
mí misma. Parecía que no podía hacer NADA.
Resultó un círculo vicioso: culpa, comer en exceso, esclavitud de mi
cuerpo a nivel químico (azúcar, sal, varios aditivos dañinos). Luego vino de nuevo
el sentimiento de culpa, de nuevo episodios de glotonería, autoflagelación, etc.
Al finalizar el primer año de estudio pesaba 104 kg con una altura de 165 cm
Yo era realmente enorme y parecía un hipopótamo. Mi ropa ya no me
queda bien, así que fue empacada y puesta en el entrepiso. Del guardarropa anterior,
solo usaba 8 cosas. ¿Por qué 8? Estas cosas eran de gran tamaño con un peso de 53. Y
en aquel momento mi enorme cuerpo apenas cabía en ellas, pero aún podía ponérmelas.
¿Por qué no compraba cosas de nuevos en tamaños? Sería rendirse, aceptarse tal como
yo era: gorda, informe, débil de voluntad... ¡Yo no quería! Todavía esperaba y creía
que podría perder peso. ¡Solo tenía que encontrar el camino correcto!
Una noche lo cambió todo...
Según recuerdo ahora, en pleno verano, de vacaciones, me fui de la
ciudad donde estudiaba a casa de mis padres. Se estaba preparando una fiesta para mi
llegada: mucha comida, muchos familiares y amigos de la familia. Todos menos yo
querían celebrar el final del año de estudio y mi progreso.
Se esperaba una velada difícil con explicaciones a cada invitado de
por qué me convertí de un junco ligero a un globo. Por lo tanto, como comprenderán
ustedes, la velada no causó entusiasmo.
Sin embargo, fue entonces cuando mi vida de repente comenzó a
mejorar. Después del banquete magnífico, mi tía, una mujer esbelta y muy
impresionante, me llevó aparte para hablar. Me preparé para defenderme, pero,
sorprendentemente, ella no hizo preguntas, sino que solo me dio un bote con un
polvo.
Después de eso, nunca logré acercarme a mi tía y averiguar qué tipo
de polvo era, ya sea que los invitados me distraían a mí o a ella. Pero tan pronto
como todos se dispersaron y me quedé sola, comencé a buscar información sobre el
suplemento en Internet.
El suplemento se llamaba Graciola. Resultó que se trataba de
polvo para bajar de peso. En el sitio web del fabricante, aprendí que el polvo ayuda
a reducir el peso, el apetito y activar el metabolismo.
Estaba sorprendida e intrigada. Para ser honesta, no creía que el
suplemento me ayudaría, pero de todos modos decidí usarlo.
Empecé a tomar Graciola sin siquiera darme cuenta ¿si vale la pena?
Usaba el polvo diariamente durante una semana, pero periódicamente
me perdía una dosis, lo olvidaba o me distraía. Los primeros días no sentí ningún
cambio, pero después de una semana me subí a la báscula y vi que había bajado de
peso. ¡¡¡Perdí 3 kilos en 7 días!!! Y esto a pesar del uso ocasional. ¿Se imagina
lo feliz que estaba?
No podía creer que esto realmente me estaba pasando a mí. Por
supuesto, después de este incidente, dejé de subestimar Graciola y comencé a tomar
el suplemento de manera responsable.
Usaba el suplemento 2 veces al día. Diluía 5 g de Graciola en un vaso
de jugo de naranja y bebía. Así durante 6 semanas.
Miren lo que logré en SOLO 6 SEMANAS:
Es como un cuento de hadas, no hice absolutamente NADA para perder
peso. No hacía dieta, no hacía ejercicio. Solo usaba Graciola y estaba perdiendo
peso automáticamente.
Cada semana me sentía más y más feliz. Mi cuerpo se volvió como era
antes. Además, la pérdida de peso fue gradual, por lo que no quedaron estrías en mi
cuerpo. Puedo enumerar hasta el infinito lo que ha cambiado, pero sería mejor
mostrar:
Tenía que agradecer a mi salvadora. Por eso, antes del comienzo del
nuevo año de estudio, decidí visitar a mi tía. Compré un enorme ramo de flores y fui
a su casa. Pasamos toda la tarde juntas: charlamos de todo, discutimos mi pérdida de
peso y los planes para el futuro. Resultó que la propia tía había estado tomando
Graciola durante mucho tiempo como prevención del exceso de peso. Esa noche, tenía
en su bolso un paquete recién abierto. Ella me la dio.
Graciola me devolvió mi cuerpo delgado y el amor por la vida
Ahora tomo Graciola solo raramente, una vez
cada 2 años. Desde
entonces, no he subido más de peso, incluso después de dar a luz.
Me gradué de la universidad y me convertí en una feliz esposa y
madre, y han pasado 8 años desde esa historia. Soy psicóloga y me especializo en
trastornos alimentarios. Antes de empezar a trabajar con un cliente, siempre le pido
que se haga un curso de Graciola para corregir problemas fisiológicos.
Afortunadamente, Graciola es completamente segura y no tiene
efectos secundarios.
Graciola es un suplemento 100% natural, se compone enteramente de ingredientes
herbales.
En los 4 años que llevo practicando este método, más de 2 mil
mujeres delgadas y felices han salido de mi consultorio. Todas lograron no solo
deshacerse del trastorno alimentario, sino también encontrar la figura de sus
sueños. Aprendieron a amarse y respetarse a sí mismas nuevamente. Y como psicólogo
les diré: ¡esto es extremadamente importante para una vida plena y feliz! Solo una
persona que está satisfecha consigo misma, disfruta cada nuevo día, puede construir
una familia fuerte y alcanzar fácilmente sus metas.
Antes de publicar esta historia, contacté al fabricante de Graciola. Acordamos que se daría un descuento a mis lectores. Para que todos los que se vean en mi historia puedan comprobar personalmente la eficacia de Graciola.
Para mayor comodidad, adjuntaré el formulario de pedido oficial a continuación. Con él, usted puede pedir el producto CON 50% DE DESCUENTO. Honestamente, por primera vez en 8 años veo un descuento tan grande en este suplemento. Por lo tanto, recomiendo encarecidamente no correr riesgos, sino pedir el producto ahora mismo. Para esto necesita:
Ingresar el nombre y número de teléfono en los campos del formulario;
Esperar una llamada del operador para aclarar los detalles del pedido;
Recibir su pedido en 3-5 días. El paquete será entregado por mensajería a su domicilio. Pago al recibir.
Como pueden ver, todo es muy simple. Pueden pedir Graciola ahora mismo, y en un mes pueden comprar esos mismos jeans o el vestido de sus sueños. Todo está en sus manos. ¡No pierdan la oportunidad!
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